martes, 23 de junio de 2009

VALOR PARA CAMBIAR: 22 de febrero

Tenía problemas en tomar decisiones porque mis objetivos eran imposibles de alcanzar. Quería tomar decisiones que me dieran exactamente lo que yo quería, de lo contrario no me interesaban en absoluto. Aprendí en Al-Anon que nadie puede conocer con antelación todas las consecuencias de una decisión. Sólo podemos aprovechar la información disponible y decidir de la mejor manera posible.
No tengo que tomar decisiones por mi cuenta. Puedo dirigirme a Dios y pedirle ayuda. Con el transcurso del tiempo advertí que esta ayuda asume formas muy diferentes: el tema de una reunión que ofrece otra perspectiva, una puntada en el estómago, una "coincidencia". Y a veces Dios habla a través de otros. Cuando los miembros comparten sus experiencias, fortaleza y esperanza, escucho con atención la manera en que encararon situaciones similares.
En el orden natural de la vida, ninguna decisión es realmente tan importante. Puedo poner lo mejor de mi parte para tomar sabias decisiones, pero los resultados están en manos de un Poder Superior.

Recordatorio para hoy

Con la ayuda de un Poder Superior el tomar decisiones puede ser una de las grandes aventuras de la vida. Cada encrucijada nos presenta un nuevo desafío pero soy capaz de afrontar todo lo que surja en mi camino.

Cuando hacía pedidos específicos (a Dios), estaba tan ocupado esperando que me los concedieran, que no me daba cuenta de que las respuestas estaban delante de mí.
As We Understood

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