martes, 7 de abril de 2009

VALOR PARA CAMBIAR: 11 de enero

Me siento la persona más afortunada del mun­do porque encontré una segunda familia y soy parte real de ella. En mi nueva familia me aceptan tal como soy. No tengo que fingir ni disfrazar mis sentimientos. Puedo hablar libremente y sé que mis palabras no saldrán del ámbito de la sala.
En mi nueva familia los demás se solidarizan conmigo cuando comparto mis dificultades: Pero, en lugar de intentar solucionarme los problemas, dignamente me permiten que lo haga por mí mis­mo. Ofrecen su experiencia, fortaleza y esperanza y en sus contribuciones a menudo escucho justo lo que necesito para ayudarme en las situaciones pro­blemáticas.
En mi nueva familia, el amor no es un sistema de puntaje. No tengo que ganarme el amor de los otros. Se da gratis, como un regalo. No necesito ganarme un lugar en el mundo, puedo relajarme y ser yo mismo.

Recordatorio para hoy

Cuando el alcoholismo de un ser querido me trajo a AI-Anon, encontré una segunda familia, una familia que me ayudó a descubrir el yo que estuvo escondido tanto tiempo, una familia que siempre estará presente. Hoy disfrutaré del lugar al cual realmente pertenezco.
"Para mí el alcoholismo ha probado ser una herencia agridulce, debido al dolor que sufrí, y dulce, porque de no haber sido por ese dolor, no habría buscado ni encon­trado una mejor forma de vida."
Al-Anon se enfrenta al alcoholismo

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