lunes, 13 de abril de 2009

HONESTIDAD DIARIA

"Admitimos ante Dios, ante nosotros mismos y ante otro ser humano
la naturaleza exacta de nuestras faltas"

Otra parte de este quinto paso es aprender a ser vulnerable y honestos con otros. He hablado de mis quintos pasos formales, cuando admití ante alguien lo que había hecho mal. Estos fueron difíciles, aterradores. Pero algo para mi aun más difícil y aterrador, fue aprender a ser honesta con otros y conmigo misma en forma cotidiana acerca de quien soy.

Es fácil mostrar mis cualidades. Es fácil hablar con otros cuando me siento bien. En mi recuperación ha aprendido que debo hacer algo más. Para conservarme saludable, necesito hablar con otros y mostrar ese lado de mi misma que prefería no mostrar: la parte débil, la que siente miedo y tiene necesidades, incluyendo la necesidad de las personas. Necesito mostrar la parte de mi que se enoja, tiene sentimientos y que no se las sabe “de todas todas ” ni es perfecta.

Gran parte de mi codependencia se centraba en ser perfecta. Cuando me siento así, me enloquezco. Escondo de mi misma y de los demás mi lado imperfecto. Cuando siento que es un error tener sentimientos, evado mis sentimientos y, por supuesto, no los comparto con otros. Mucha de mi codependencia se centraba en no poder identificar mis propias necesidades ni responsabilizarme de éstas. Buena parte de mi recuperación consistió en aprender a reconocer esas necesidades y admitirlas ante los demás.

He reconocido que tengo la necesidad de mostrar mi verdadero yo a los demás, abierta y honestamente. Esto no es fácil, pero estoy aprendiendo. Es mas fácil ser la ayuda que la que pide ayuda.

Pero es bueno para el alma aprender a pedir ayuda cuando la necesitamos. No molestamos. No somos una carga. He aprendido que entre más me permito reconocer mis verdaderas necesidades, menos “necesitada” estoy, Cuando me responsabilizo de mis propias necesidades, estas dejan de controlarme.

Cuando me respeto lo suficiente para escucharme acerca de lo que necesito, y luego me responsabilizo de ello (ya sea llamando a un amigo y hablando de lo que siento, dándome un descanso y saliendo a caminar, yendo de vacaciones, quedándome en la cama un sábado por la mañana a ver caricaturas o dándome un buen baño caliente), me vuelvo más funcional.

Desde que he trabajado en mis quintos pasos formales, he aprendido paulatinamente a abrirme con los demás. Estoy aprendiendo que mi verdadera fortaleza reside en la vulnerabilidad.

También he aprendido algo más. Mientras no esté completamente dispuesta a aceptar quien soy, qué siento, qué quiero y qué digo a mí misma, no podré alcanzar la intimidad. Cuando esté dispuesta a arriesgarme con las personas de la misma forma en que lo hice cuando entré a mi quinto paso, entonces tendré el tipo de relaciones que busco.

No hablo de confiar mis pecados a las personas. Estoy hablando de compartir mi secreto mas profundo: quien soy yo.

No revelarme a mi misma dentro de mis relaciones ha resultado la forma mas extrema con que trato de controlar. Si no te digo cómo me siento, qué quiero, que pienso, entonces quizá te caiga bien. Si me convierto en quien tú quieres que sea, si no hago olas, si no poseo mi propio poder, entonces te caeré bien. Luego podre controlar la relación. Esta es una ilusión. Cuando no revelo quien soy mis relaciones se hacen superficiales, pero mi verdadero yo emergerá a la larga de todas formas. Para cuando esto suceda, estaré resentida, enojada y necesitada. No funciona suspender nuestra vida por nadie.

Si queremos desmontar los muros en nuestras relaciones, necesitamos quitar nuestros propios muros. Ese es un uso efectivo y apropiado de nuestro poder.
Melody Beattie

0 comentarios:

Publicar un comentario