lunes, 13 de abril de 2009

VALOR PARA CAMBIAR: 14 de enero

En Al-Anon aprendí que estoy destinado a fracasar en mis intentos de hacer que otra persona deje de beber, porque soy incapaz ante el alcoholismo. Otros en la hermandad también habían fracasado, no obstante, estaban casi felices de reconocerlo. Con el tiempo entendí; al abandonar esta batalla que con seguridad perderíamos, nos volvíamos libres.
Gradualmente aprendí que nada de lo que hiciera o dejara de hacer convencería a mi ser querido de alcanzar la sobriedad. Lo entendí intelectualmente pero me llevó tiempo creerlo con el corazón. Reuniones frecuentes de Al-Anon, llamadas telefónicas y la lectura de su literatura son indispensables en este proceso de aprendizaje.
Más tarde, cuando mi ser querido eligió la sobriedad, encontré nuevas formas de aplicar este principio de incapacidad. A pesar de sentirme tentado de controlar el número de reuniones a las que concurría y proteger el alcohólico de cualquier cosa que lo perturbara, acepté que nada de lo que hiciera provocaría o destruiría la sobriedad de otra persona. Después de un tiempo vi que mis temores tenían poco que ver con el alcohólico. En cambio me indicaban que yo necesitaba aplicar el programa.

Recordatorio para hoy

Cuando esté en condiciones de admitir que soy incapaz ante el alcohol, mi vida se tornará más manejable. Hoy tomaré el camino de la libertad personal y la serenidad que comienza cuando me rindo.
"Nuestro crecimiento espiritual es ilimitado y nuestra recompensa es infinita si tratamos de incluir este programa en todas las fases de nuestra vida cotidiana".
Los Doce Pasos y Tradiciones

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